Productos Financieros Estructurados: ¿Valen la Pena?

Productos Financieros Estructurados: ¿Valen la Pena?

En un entorno de tipos de interés bajos y mercados volátiles, los inversores buscan soluciones que ofrezcan rendimiento y protección. Los productos financieros estructurados han cobrado protagonismo, combinando elementos de renta fija y derivados para adaptarse a objetivos muy concretos. ¿Merecen la pena? Este artículo ofrece una visión completa y práctica para decidir.

¿Qué son los productos financieros estructurados?

Un producto financiero estructurado es una combinación de dos instrumentos financieros que se comercializa como un solo activo. Normalmente integra una parte de renta fija y un derivado, como opciones o warrants, para generar resultados vinculados al comportamiento de uno o varios activos subyacentes (acciones, índices, divisas, commodities, tipos de interés).

Su propósito principal es satisfacer necesidades específicas de inversión, ya sea buscando una rentabilidad mínima, protegiendo parte del capital o aprovechando la volatilidad de mercados complejos. Por lo general, estos productos tienen un plazo definido y pueden ofrecer garantías de capital totales o parciales al vencimiento.

Tipos de productos estructurados

Existen múltiples formatos que se adaptan a distintos perfiles y plazos:

  • Con garantía de capital a vencimiento: Devuelven el 100% del capital invertido si el emisor cumple. Ejemplo
  • Sin garantía de capital a vencimiento: Dependen totalmente de la evolución del subyacente, con riesgo de pérdida parcial o total.
  • Por formato de emisión: Depósitos, fondos, bonos o notas estructuradas y contratos financieros OTC.
  • Horizonte temporal: Corto, medio o largo plazo, e incluso estructurados en varias divisas.

Ventajas para el inversor

Los productos estructurados ofrecen beneficios que los inversores tradicionales rara vez encuentran en depósitos o bonos convencionales:

  • Acceso a activos complejos: Permiten obtener rentabilidades ligadas a índices, volatilidad o materias primas.
  • Protección total o parcial de capital: Posibilidad de blindar el principal en ciertos diseños.
  • Personalización por el emisor: Estrategias a medida según perfil de riesgo y objetivos fiscales.
  • Herramienta de diversificación avanzada: Reducen la correlación con otros activos del portafolio.

Riesgos y desventajas

A pesar de su atractivo, conllevan peligros que el inversor debe evaluar con rigor:

  • Riesgo de crédito del emisor: Si el banco o entidad quiebra, el capital no garantizado puede perderse.
  • Complejidad opaca: Modelos de valoración y fórmulas de rentabilidad difíciles de entender para el inversor medio.
  • Liquidez limitada antes del vencimiento: Recompras complicadas o con penalizaciones.
  • Riesgo de mala comercialización: Venta a perfiles inapropiados capaces de asumir sus riesgos.

¿Para quién son adecuados?

Los productos estructurados están destinados principalmente a inversores avanzados o institucionales que dominen los conceptos de derivados y valoración de riesgos. Aquellos con perfiles moderados pueden optar por emisiones con garantía total, siempre y cuando comprendan los costes y las posibles penalizaciones ante rescates anticipados.

No son recomendables para inversores sin experiencia o con baja tolerancia al riesgo, dado que la falta de liquidez y la complejidad pueden generar sorpresas desagradables. La máxima “no inviertas en lo que no conoces” cobra especial relevancia en este terreno.

Ejemplos y cifras relevantes

Un ejemplo típico es un depósito estructurado a dos años que garantiza el 100% del capital y ofrece un cupón variable ligado a un índice bursátil: si el índice sube más de un 10%, el inversor recibe un 5% anual; si no, el cupón es cero.

Tras la crisis de 2008, el interés en Europa creció notablemente. En España, entidades como BBVA, Santander y Bankinter han sido protagonistas, especialmente en banca privada. Las expectativas de rentabilidad oscilan entre 0% y valores superiores a la renta fija tradicional, dependiendo de la evolución de los subyacentes.

Regulación y supervisión en España

En España, la CNMV supervisa los contratos financieros y el Banco de España regula los depósitos estructurados. El Fondo de Garantía de Depósitos protege únicamente las emisiones de depósitos estructurados de bancos españoles, cubriendo hasta 100.000 euros por titular y entidad.

La normativa MIFID II refuerza los requisitos de información y adecuación al perfil del cliente, reduciendo el riesgo de comercialización inadecuada. No obstante, la transparencia informativa sigue siendo un desafío.

Conclusión: ¿Valen la pena?

Los productos financieros estructurados pueden ser herramientas muy útiles para diversificar carteras y acceder a estrategias sofisticadas con niveles variables de protección de capital. Sin embargo, su complejidad, el riesgo de crédito y la limitada liquidez exigen un conocimiento profundo.

Para inversores avanzados que buscan rentabilidades no convencionales y aceptan riesgos específicos, estos productos ofrecen ventajas notables. Para perfiles conservadores o inexpertos, lo más sensato es optar por inversiones más sencillas y transparentes.

Antes de decidir, es imprescindible entender la estructura, calcular escenarios de rentabilidad y consultar fuentes independientes. Solo así se podrá determinar si, en cada caso, los productos financieros estructurados realmente valen la pena.

Bruno Anderson

Sobre el Autor: Bruno Anderson

Bruno Anderson, de 30 años, es redactor en genoino.org, especializado en finanzas personales y crédito.